Tres razones me motivan a formular estas inquietudes, desordenadas y breves: la invitación que me hizo un amigo de la Campaña de Petro a escribir una página sobre algún tema, el encuentro que en el día de hoy sábado 24 de marzo tendrá lugar en Cali para hablar de la organización de la Campaña, y, la percepción real que tengo de que Petro, líder de la izquierda, puede llegar a segunda vuelta presidencial o ganar en la primera.
Ignoro por completo cómo funciona la estructura de la Colombia Humana. Pero quisiera decirles a sus cuadros directivos, que por haber acompañado a Gustavo Petro en su candidatura a la Presidencia de 2010, luego en su candidatura a la Alcaldía de Bogotá y por haber hecho parte de la lista de DECENTES, como candidato al Senado (No. 8), muchas gentes humildes de distintos pueblos y ciudades de Colombia, me llaman y me dicen que los “ponga en contacto con el doctor Petro, que dónde queda la Sede Nacional, la de Bogotá, la de Cundinamarca, que cómo hacen para hablar con él, que quieren tener contacto al menos con algún directivo de su Campaña”.
Eso me parece normal: las gentes quieren acercarse para ayudar, para que las tengan en cuenta, para que les asignen una tarea, para sentirse empoderadas de la campaña ganadora. Es posible que solo las anime la pura ilusión o tengan en su alma un interés personal.
Cuando uno ve que en la tarima se apretujan los congresistas electos y los exfuncionarios de Petro en la Alcandía, piensa que todos ellos formarán el primer anillo de poder del Candidato: la cúpula estructural de la Colombia Humana. Eso está bien –concluye uno–, que lo acompañen. Pero a 60 días de las elecciones, que veinte pro (hombres y mujeres) estén ahí en una tarima, apiñados y calladitos, es un verdadero desperdicio de inteligencias y acciones: horas-hombre y horas-mujer. Esos 20 cuadros debían de estar distribuidos por todo el país organizando comités de la Colombia Humana.
En un plan de emergencia para estos 60 días de campaña, Gustavo Petro debe hacer una proclama, llamando a todos los ciudadanos que simpaticen con su Campaña, a que se reúnan en asamblea y constituyan comités de Colombia Humana, en cada capital de departamento, municipio, corregimiento o vereda. Que no esperen a que llegue de Bogotá un directivo de Colombia Humana a darles la bendición, sino que de manera oficiosa cada cual asuma su responsabilidad. De igual manera en cada universidad, sindicato o empresa, en cada localidad, barrio o comuna de las grandes ciudades. En esa proclama Pedro debe indicar los nombres de los cuadros de Colombia Humana y los números de contacto en donde los voluntarios encuentren una respuesta a sus deseos de trabajar por la Campaña.
Una tarea exclusiva de Petro, como líder de la Colombia Humana, es hacerle una llamada individual y exclusiva a todos y cada uno de los intelectuales, escritores, columnistas y periodistas, simpaticen o no con su Campaña, y en un mensaje muy breve y sentido les pida que lo ayuden en el reto de salvar a Colombia de la cadena de mafias que se ha apoderado del Estado y de la sociedad. Tocar la vanidad personal de quienes forman parte de estos nichos de opinión es crucial en esta coyuntura.