En febrero de 2021 escribí una nota que titulé «Ojo Petro, a tres momentos». Son tres tiempos con tres decisiones para el éxito de su gobierno: Congreso, gabinete y partido político. Vendrá la hora de tocar los dos primeros. Hoy, es urgente referirme al último.
Al respecto del tercer tiempo dije, entonces: «Tercero —lo más importante—, desde ya Petro debe comprometer a Colombia Humana, y comprometerse él personalmente —con su propia experiencia y prestigio intelectual y político— a articular un movimiento que asegure la continuidad de un gobierno progresista, por tres o cuatro periodos más. En efecto, las luchas y los esfuerzos acumulados de generación en generación, durante nueve décadas —desde 1936—, no pueden reducirse a que Petro sea presidente de 2022-2026. Colombia debe salir de la guerra, la corrupción, la mediocridad y la miseria para siempre, inaugurando una nueva época, que garantice paz, educación, salud, trabajo y ambiente sano para las actuales y venideras generaciones. Esos frutos no se logran sino con una estructura política vigorosa, coherente y estable. Si no es así, al país le podría ocurrir lo que le sucedió a Bogotá con el metro subterráneo: dos alcaldías alternativas —incluyendo la de Petro— lo dejaron estudiado, diseñado y con cierre financiero para iniciar la construcción, y vino Peñalosa y lo acabó».
(Lea también: Ojo Petro, a tres momentos)
Después de ser electo presidente, Petro ha señalado que tendrá que recurrir al pueblo para lograr las reformas, a las que se opondrán los expresidentes Gaviria y Uribe. Por su parte, Gustavo Bolívar dice que «Petro tiene que explicarle a la gente en qué condiciones recibe el país y a pedirle un tiempo para resolver los problemas».
El presidente de Colombia Humana, hoy es Gustavo Petro y su vicepresidente, Susana Muhamad. Los militantes, en la única asamblea que se ha realizado después de obtenida la personería jurídica —que fue virtual—, votamos por esos dos nombres para ocupar las dos dignidades más importantes del partido. Como todos sabemos, los dos serán a partir del 7 de agosto el jefe de Estado y la ministra de Ambiente, respectivamente. Por esa razón, antes de asumir sus cargos, Petro y Muhamad deben convocar a una nueva asamblea para elegir sus reemplazos en la conducción del partido.
Pero no solamente me preocupa en qué manos va a quedar Colombia Humana, sino cuál va a ser el papel de las nuevas directivas. No es suficiente que vía Twitter o WhatsApp se le dé órdenes a la militancia y se convoque a nuevos miembros. Conviene saber cuántos de los 11 millones 300 mil votantes de la fórmula presidencial Petro-Francia se consideran de Colombia Humana, y qué piensa decirle la cúpula del partido a esos militantes. No es suficiente alimentarle su estado emocional, diciéndoles que tienen presidente de la República, porque el hambre física e intelectual no se alimentan de simples emociones.
(Lea también: Lista testimonial del pacto histórico)
El partido Colombia Humana, tiene que convertirse en un verdadero formador de cuadros. El discurso de Petro emocionó, fascinó y sedujo a un electorado ansioso de cambio. Esos millones de electores están esperando organización y debate. No se puede tirar línea desde la cúpula, exigir una organización horizontal y dejar a su suerte a los electores, allá en los poblados, en las veredas o en los barrios periféricos de las grandes ciudades, sin siquiera contestarles el teléfono. Entre más horizontal sea la organización, más debate y formación de cuadros se necesita.
Saltan a ras de la imaginación por lo menos cinco temas de estudio y aprendizaje, con los que la dirigencia de Colombia Humana debe alimentar el alma hambrienta de los electores: Gustavo Petro. Una vida muchas vidas, la compilación y edición de los discursos de Petro en las campañas de 2018 y 2022, así como los de Francia Márquez en su exitosa incursión política, la olla raspada que dejó Duque, las Conclusiones del informe de la Comisión de la Verdad y en general la historia y la literatura de Colombia.
Si las masas que votaron por Petro están bien organizadas y con suficiente formación política, serán el instrumento más poderoso con que cuenta Petro, si los grandes intereses del establecimiento se resisten al cambio. Serán también el puntal de tres o cuatro períodos más de gobiernos progresistas.