La posición que Petro tiene de la educación pública no es la del político en trance de llegar a la presidencia de la República, que usa ese discurso como táctica para ganar unos votos entre los jóvenes de bajos recursos. Es la visión del estadista que encuentra en la educación pública un valor estratégico para lograr un modelo distinto de país, de sociedad y de desarrollo económico.

Es también el conjunto de saberes y experiencias, que en su encuentro con la educación pública, el propio Petro ha adquirido, en los primeros estadios de su escolaridad. En efecto, cursó educación básica primaria en la Escuela Anexa a la Normal de Zipaquirá, y, media en el Liceo Nacional Lasalle de la misma ciudad. En Lasalle fundó el periódico Carta Cultural y creó un grupo de teatro. Es decir, sus primeras experiencias políticas y culturales las encontró en las aulas de la educación pública.

Siendo Alcalde de Bogotá dobló el presupuesto para educación, desarrollando cuatro estrategias que la Unesco evalúa positivamente.

La primera, es la denominada Iniciativas Ciudadanas, que tiene por objeto formar a los estudiantes como ciudadanos participativos.

La segunda, es la Jornada Educativa 40 por 40, que tiene como propósito estudiar 40 horas durante 40 semanas, como un procedimiento para que Bogotá ingrese a la Jornada Completa, atendiendo a 255.000 estudiantes.

La tercera iniciativa es la atención a los niños entre los tres y cinco años. De este proyecto dice el estudio de la Unesco, que “el solo reconocimiento de esta etapa como la más importante para el desarrollo humano, con una gran inversión de recursos, mejora la calidad de la educación”.

La cuarta, es la Prueba Ser. El investigador Jorge Manci destacó esta iniciativa como una innovación inusual en el contexto internacional. No reemplaza las “pruebas saber” del gobierno nacional, sino que las complementa con procedimientos audaces.

A manera de conclusión, Pablo Cevallos de la Unesco dijo que “las cuatro iniciativas, que intentan aplicar la noción ampliada de calidad educativa, son tremendamente innovadoras y marcan un hito en la historia de las reformas educativas, no sólo de Bogotá y del país, sino del mundo”.

Ahora, durante esta campaña presidencial, Petro ha manifestado en declaraciones de plaza pública, en los debates y las entrevistas para los medios su concepción de la educación. En esas intervenciones se destacan los siguientes aspectos: la educación superior debe ser un derecho de acceso universal, sin exclusión alguna, gratuita para todos; multiplicar por cuatro el presupuesto para la educación superior; aumentar 100.000 plazas para maestros nuevos; elevar el presupuesto para la educación al 7% del PIB.

En suma, en este campo Petro les lleva una amplia ventaja a todos los demás candidatos, porque para hablar de la educación pública hay que sentirla y vivirla. El candidato de la Colombia Humana la siente y la vive porque sus primeros aprendizajes los adquirió en las canteras educativas patrocinadas por el Estado.

Por supuesto, a los ideales que Petro tiene de la educación pública es preciso agregar muchos otros. A manera de ejemplo, menciono tres prioridades.

En cada localidad de Bogotá, en cada capital departamental y en cada provincia de Colombia se debe fundar una Escuela Normal, para la formación, no solo de los 100.000 nuevos educadores que Petro piensa incorporar en la nómina oficial, sino para la preparación de los docentes de relevo.

Debe hacerse realidad en todo el país los progresos materiales y logísticos que los tres gobiernos alternativos (2003 – 2015) lograron en Bogotá: doblar el presupuesto para educación, construir los megacolegios, suministrar alimentación y equipos escolares –morral, cuadernos lápices, crayolas, reglas, tabletas, etc– a los niños y jóvenes. Pero por encima de estas realidades materiales, es esencial que un gobierno presidido por Petro ponga énfasis en los contenidos curriculares: lenguaje, matemática, historia, geografía y ética, en todos los niveles: desde el preescolar hasta la educación superior y los grandes centros de investigación científica e innovación.

Llevar la universidad al campo antes que sacar a los jóvenes de las zonas rurales para traerlos a la ciudad. Teniendo en cuenta la vocación agrícola, ganadera, pesquera, hotelera, turística, es una tercera prioridad. Teniendo en cuenta la vocación agrícola, ganadera, pesquera, hotelera, turística, agroindustrial, la universidad pública debe abrir una seccional o al menos una extensión con programas específicos que tengan que ver con el renglón de la economía y la cultura de cada lugar.