¡Felicitaciones!, Movimiento Estudiantil, Presidente Santos y Comandante Timochenko. Todos ustedes lograron lo imposible en 41 días. El Movimiento Estudiantil, crear un nuevo sujeto político, capaz de convertirse en yunque, fuego y acicate para devolverle la vida a un proceso de paz que murió el 2 de octubre, en medio de una borrasca de embustes y falacias. Las delegaciones de las dos partes, con la paciencia del relojero manual, en extenuantes jornadas de trabajo, incorporar a los Nuevos Acuerdos, 56 de los 57 temas formulados por los distintos voceros del NO.

Los ciudadanos intuimos, como lo descubrió hace más de tres décadas Otto Morales Benítez, que “dentro y fuera del Estado hay enemigos agazapados de la paz”. Pero también somos testigos del trabajo adelantado por valiosas unidades ministeriales comprometidas sinceramente con el proceso. Villegas, Cristo, Parto y López es el cuarteto más laborioso y visible. Quizás el mérito mayor sea de Clara López, pues se la jugó por la paz, incluyendo este tema en su programa de gobierno como candidata presidencial en 2014, pero enfrentando a Santos en el modelo económico. Y, luego, en el momento más decisivo, en la segunda vuelta, aun con la incomprensión de importantes figuras de su propio partido, libró una lucha a muerte dentro y fuera del Polo.

Sin embargo, todo está por hacer, Presidente Santos, Timochenko y Queridos Estudiantes. Hay un Acuerdo, que se convierte en una obra maestra en el papel, pero al que le temen las élites más atrasadas, conservadoras y ultramontanas de Colombia. Lideradas todas por Uribe, y articuladas bajo el hilo conductor de los tres verbos inexorables –excluir-reprimir-extinguir–, querrán reducir a cenizas, no solo el papel de los Acuerdos, sino a todos sus autores y defensores.

¿Qué hacer? Cada cual tiene su propia responsabilidad. El presidente Santos, darle vida a los Acuerdos: refrendarlos, desarrollarlos y ponerlos en ejecución a la mayor brevedad posible. El Movimiento Estudiantil, no abandonar la calle hasta ver realizados los Acuerdos. Y, los movimientos sociales, las fuerzas progresistas, los partidos de izquierda, incluyendo los que surjan de las Farc y del Eln, conformar un frente amplio, capaz de convencer y vencer, por las vías democráticas, a los seculares promotores de la guerra.

Con mi afectuoso saludo.

Rafael Ballén
Bogotá, noviembre 14 de 2016.